Pasó de TODO !
Desde que me mudé a Buenos Aires, un tornado de cosas comenzaron a suceder en mi vida, afortunadamente casi todas maravillosas y felices, tantas que por momentos me parece increíble que me estén sucediendo una tras otra en forma continua.
Si, estoy viviendo muy cerca de la casa de Vainilla otra vez - esas jugarretas del destino circular, sin querer-queriendo la vida nos puso nuevamente a poca distancia y menos mal que es así!!!
Cambios radicales. Hay instantes en que una se detiene a pensar un poco con dudas y replanteos - cosa que cada vez me convenzo más que no habría que hacer porque los cambios siempre producen mucho vértigo! y la incertidumbre se cierra en esas circunstancias como una tenebrosa sombra. Pero tener a mi amiga tan cerca, saber que está aquí, para escucharme, para abrazarme, para escucharla y abrazarla; es suficiente para sentirme serena, segura, contenida, tranquila, y el vértigo y las dudas y todos mis temores se evaporan inmediatamente.
Y es fuerte lo que se siente, fuerte y muy movilizador tener una relación de amigas así! Sólida, tan perdurable en el tiempo desde los primeros recuerdos tangibles de nuestras memorias.
Desde que somos vecinas otra vez, somos una familia si. Nuestra propia familia.
Hoy nuestros domingos son sagrados, es religioso juntarnos en casa de Caro.
Causalidades del destino?!
La mamá de Carlos vive justo-justo a la vuelta de la casa de Carolina!! – Ellos, sin saberlo fueron vecinos hace años- y estás cosas vivir en el casi-anonimato de las grandes urbes como Buenos Aires!! Carlos y Caro vivían a 300 metros de distancia y no se conocían !!
Es así que después del almuerzo dominguero con la familia de mi chico, después del cafecito (que yo me lo tomo casi siempre de pie y con ganas de irme rápido porque sé que a pocos metros está mi amiga esperándome) nos vamos caminando a pasar el resto de la tarde con los carolinos y nos quedarnos hasta muy tarde en la noche.
Me encanta cocinarles tanto como me gustan las comidas que cocina Diego.
Me encanta las charlas, mate mediante, entre los cuatro…hablando de libros, recuerdos, planes, sueños, incluso cuando cada uno se va animando a abrir su corazón a los miedos más íntimos, contarnos por qué cosas aún lloramos…y qué cosas nos mueven y nos sacuden.
Me encanta eso de mencionar un libro y al toque salta Diego haciendo comentarios sobre ese libro que yo todavía no leí, y como casi siempre…se sabe cuál es la mejor edición y en qué librería, de las tantas y tantas que existen en Buenos Aires, o en qué Plaza donde venden libros usados y de colección se puede encontrar…
Me encanta compartir esta pasión por los libros con ellos.
Me encanta eso de que Caro y Diego nos presten libros “adictivos” (que por suerte casi todos son sagas de varios tomos) y luego durante el resto de la semana en casa andamos leyendo – empiezo con el primero mientras Carlos lee otra cosa, pero siempre me relojea por arriba del hombro y lee lo que estoy leyendo – y finalmente termino leyéndole partes de la historia en voz alta - porque no puedo resistirme a compartir lo que me gusta tanto!! y me devoro el primer libro a las corridas porque él está ansioso por comenzar a leerlo, ni hablar si voy leyendo tranquila el segundo libro de la saga y él justo terminó de leer el primero!
Y así andamos medio desvelados por las noches leyendo y leyendonos.
Las mesas en el living están atestadas de montañas de libros, que vamos leyendo en simultáneo...
Me encanta eso de estar contando los días para los estrenos de las películas de los libros que estuvimos leyendo previamente los cuatro antes de esa esperada grand-premier en el cine
(Nos pasó con “Luna Nueva” de la saga Crepúsculo de Stephanie Meyer, también con “Los hombres que no amaban a las mujeres” de la trilogía Millenium de Stieg Larsson, y ahora…con “Alicia en el País de las Maravillas” que nos dio pie para volver a leer algo perdido en nuestras más tiernas infancias)
Había perdido el gusto por la poesía, hasta que una de estas noches literarias domingueras, entre mates Carolina nos recitó un par de poemas de Oliverio Girondo, y a mí se me llenaron los ojos con lagrimitas de felicidad.
¡Y eso que lo leyó rapidito! Pero deberían escucharla a la Caro recitando esos poemas, le pone tanta pasión carolinezca! Tan linda como ella :)
Mi vida había perdido su propia poesía.
Y la reencontré sintiéndola y compartiéndola con ustedes tres.
Si, después de más de 35 años de amistad, por primera vez esperamos y brindamos juntas el comienzo de un nuevo año.!!!
Y en estos últimos meses de compartir cuarentena sanitaria por la influenza A, experimentos en tu cocina haciendo fuegos de colores, pilas, tintas invisibles, sábados y domingos armando tus puzzles las 2 meditando en silencio hasta entrada la madrugada mientras los niños duermen , otros tantos días o noches cocinándoles, y mi cumpleños y el tuyo...y tantos mates y nuestros sueños...
Y recibimos juntas el 2010.
Una noche preciosa, de verano bailando bajo las estrellas, felices. Incluso nos dimos el gusto de escuchar y bailar a Raffaella Carrá y a Menudo :)
Y nos quedamos conversando y conversando de libros, filosofía, matemática, y nosotros y algunas de nuestras tristezas explícitas y nuestras alegrias hasta que salió el sol, el primer sol de este año tan feliz.
Yo feliz como nunca lo había estado en mi vida. Feliz también por tenerte y sentirte.
Te quiero amiga, con toda mi alma.
PD: Aquí te dejo un resumen fotográfico de nuestros últimos meses juntos. Tocá y deslizá el cursor por la fotos :):)
Desde que me mudé a Buenos Aires, un tornado de cosas comenzaron a suceder en mi vida, afortunadamente casi todas maravillosas y felices, tantas que por momentos me parece increíble que me estén sucediendo una tras otra en forma continua.
Si, estoy viviendo muy cerca de la casa de Vainilla otra vez - esas jugarretas del destino circular, sin querer-queriendo la vida nos puso nuevamente a poca distancia y menos mal que es así!!!
Cambios radicales. Hay instantes en que una se detiene a pensar un poco con dudas y replanteos - cosa que cada vez me convenzo más que no habría que hacer porque los cambios siempre producen mucho vértigo! y la incertidumbre se cierra en esas circunstancias como una tenebrosa sombra. Pero tener a mi amiga tan cerca, saber que está aquí, para escucharme, para abrazarme, para escucharla y abrazarla; es suficiente para sentirme serena, segura, contenida, tranquila, y el vértigo y las dudas y todos mis temores se evaporan inmediatamente.
Y es fuerte lo que se siente, fuerte y muy movilizador tener una relación de amigas así! Sólida, tan perdurable en el tiempo desde los primeros recuerdos tangibles de nuestras memorias.
Desde que somos vecinas otra vez, somos una familia si. Nuestra propia familia.
Hoy nuestros domingos son sagrados, es religioso juntarnos en casa de Caro.
Causalidades del destino?!
La mamá de Carlos vive justo-justo a la vuelta de la casa de Carolina!! – Ellos, sin saberlo fueron vecinos hace años- y estás cosas vivir en el casi-anonimato de las grandes urbes como Buenos Aires!! Carlos y Caro vivían a 300 metros de distancia y no se conocían !!
Es así que después del almuerzo dominguero con la familia de mi chico, después del cafecito (que yo me lo tomo casi siempre de pie y con ganas de irme rápido porque sé que a pocos metros está mi amiga esperándome) nos vamos caminando a pasar el resto de la tarde con los carolinos y nos quedarnos hasta muy tarde en la noche.
Me encanta cocinarles tanto como me gustan las comidas que cocina Diego.
Me encanta las charlas, mate mediante, entre los cuatro…hablando de libros, recuerdos, planes, sueños, incluso cuando cada uno se va animando a abrir su corazón a los miedos más íntimos, contarnos por qué cosas aún lloramos…y qué cosas nos mueven y nos sacuden.
Me encanta eso de mencionar un libro y al toque salta Diego haciendo comentarios sobre ese libro que yo todavía no leí, y como casi siempre…se sabe cuál es la mejor edición y en qué librería, de las tantas y tantas que existen en Buenos Aires, o en qué Plaza donde venden libros usados y de colección se puede encontrar…
Me encanta compartir esta pasión por los libros con ellos.
Me encanta eso de que Caro y Diego nos presten libros “adictivos” (que por suerte casi todos son sagas de varios tomos) y luego durante el resto de la semana en casa andamos leyendo – empiezo con el primero mientras Carlos lee otra cosa, pero siempre me relojea por arriba del hombro y lee lo que estoy leyendo – y finalmente termino leyéndole partes de la historia en voz alta - porque no puedo resistirme a compartir lo que me gusta tanto!! y me devoro el primer libro a las corridas porque él está ansioso por comenzar a leerlo, ni hablar si voy leyendo tranquila el segundo libro de la saga y él justo terminó de leer el primero!
Y así andamos medio desvelados por las noches leyendo y leyendonos.
Las mesas en el living están atestadas de montañas de libros, que vamos leyendo en simultáneo...
Me encanta eso de estar contando los días para los estrenos de las películas de los libros que estuvimos leyendo previamente los cuatro antes de esa esperada grand-premier en el cine
(Nos pasó con “Luna Nueva” de la saga Crepúsculo de Stephanie Meyer, también con “Los hombres que no amaban a las mujeres” de la trilogía Millenium de Stieg Larsson, y ahora…con “Alicia en el País de las Maravillas” que nos dio pie para volver a leer algo perdido en nuestras más tiernas infancias)
Había perdido el gusto por la poesía, hasta que una de estas noches literarias domingueras, entre mates Carolina nos recitó un par de poemas de Oliverio Girondo, y a mí se me llenaron los ojos con lagrimitas de felicidad.
¡Y eso que lo leyó rapidito! Pero deberían escucharla a la Caro recitando esos poemas, le pone tanta pasión carolinezca! Tan linda como ella :)
Mi vida había perdido su propia poesía.
Y la reencontré sintiéndola y compartiéndola con ustedes tres.
Si, después de más de 35 años de amistad, por primera vez esperamos y brindamos juntas el comienzo de un nuevo año.!!!
Cuando éramos pequeñitas, las fiestas de fin de año casi siempre la pasábamos separadas, yo en casa de mis abuelos en Buenos Aires o en Paso del Rey y Caro casi siempre con sus abuelos en Buenos Aires. No recuerdo si coincidimos alguna noche de esas fiestas en Hudson, quizás cuando éramos muy muy pequeñas, después de la medianoche, esas cálidas noches de fin de año en que todos los vecinos de casa acostumbraban a poner largas mesas y compartir el brindis en la calle, y después los bailes y las hordas de niños corriendo y los fueguitos artificiales y los petardos, lanzados desde los picos de las botellas de sidra.
No sé si es más el deseo de haber estado con vos durante algunas de esas noches felices abriendo regalos, pero creo verte en mi memoria entrando en casa corriendo a saludarme después de medianoche o yo saliendo en estampida después del brindis corriendo hacia tu casa…quizá sucedió o quizá no. Pero me gusta pensarte así: Corriendo como una tromba doblando la esquina de casa y entrando en un torbellino de gritos y abrazos (tal como lo hace tu hijo Julián ahora cada vez que toco el timbre de tu casa y salen los tres a abrirme la puerta entre grititos, abrazos y besos, algo que siempre me sacude por dentro porque la manera en que corre y me abraza Julián es bien-carolinezco!) …
No sé si es más el deseo de haber estado con vos durante algunas de esas noches felices abriendo regalos, pero creo verte en mi memoria entrando en casa corriendo a saludarme después de medianoche o yo saliendo en estampida después del brindis corriendo hacia tu casa…quizá sucedió o quizá no. Pero me gusta pensarte así: Corriendo como una tromba doblando la esquina de casa y entrando en un torbellino de gritos y abrazos (tal como lo hace tu hijo Julián ahora cada vez que toco el timbre de tu casa y salen los tres a abrirme la puerta entre grititos, abrazos y besos, algo que siempre me sacude por dentro porque la manera en que corre y me abraza Julián es bien-carolinezco!) …
Y en estos últimos meses de compartir cuarentena sanitaria por la influenza A, experimentos en tu cocina haciendo fuegos de colores, pilas, tintas invisibles, sábados y domingos armando tus puzzles las 2 meditando en silencio hasta entrada la madrugada mientras los niños duermen , otros tantos días o noches cocinándoles, y mi cumpleños y el tuyo...y tantos mates y nuestros sueños...
Y recibimos juntas el 2010.
Una noche preciosa, de verano bailando bajo las estrellas, felices. Incluso nos dimos el gusto de escuchar y bailar a Raffaella Carrá y a Menudo :)
Y nos quedamos conversando y conversando de libros, filosofía, matemática, y nosotros y algunas de nuestras tristezas explícitas y nuestras alegrias hasta que salió el sol, el primer sol de este año tan feliz.
Yo feliz como nunca lo había estado en mi vida. Feliz también por tenerte y sentirte.
Te quiero amiga, con toda mi alma.
PD: Aquí te dejo un resumen fotográfico de nuestros últimos meses juntos. Tocá y deslizá el cursor por la fotos :):)
No hay comentarios:
Publicar un comentario