domingo, 13 de septiembre de 2009

Existe una mamá vainilla?



Hace rato que vengo con ganas de escribir sobre mamá vainilla, aunque el ánimo por momentos me abandona... comprenderán -espero- que algunas cosas no tengo resueltas sobre quién es mi madre para mí, así que me demoro, doy vueltas, espero que se me pasen las ganas y se ma pasan, pero luego me vuelven, y así ando dándole vueltas al asunto.

Pero resulta que hoy a la mañana estuve planchando y de pronto la escuché a Grace (así se llama mi mamá) diciendo "primero las mangas, después la espalda, y por último lo de adelante de todo".

Mamá vainilla vive acá nomás, justo arriba de mi casa. Aunque "vive" es una manera de decir... porque hace unos años Grace perdió las ganas de vivir, y aún no las encuentra. O tal vez, probablemente ya dejó de buscarlas y simplemente está esperando que el tiempo haga lo suyo.
Eso ha sido muy difícil para mí. Muy doloroso. Y muy duro de aceptar.

Con años y años de terapia he logrado dejar de sentirme culpable, responsable y hasta causante de ese desgano. Pero me ha llevado mi trabajito, no se crean.
A veces yo hablo de mi madre con un desapego y una distancia que fácilmente se confunde con indiferenca. Fácilmente para quienes no me conocen... pero los que me conocen saben que por más práctica que yo sea, en un rinconcito de mi ser cuando me encuentro con ese desconsuelo de no querer vivir, realmente quedo despojada, desprotegida. Muda. y Sola.

El otro día hablábamos con Eve, de que en mis "fotos" mentales, casi nunca aparece madre. Y creo que es por eso que yo me las he arregaldo siempre para encontrarme madres sustitutas. La buena noticia es que siempre hay alguna madre a la que le sobra para cobijar a una niña que se queda solita.

Bueno, hoy apareció y generalmente aparece en esas cosas cotidianas: "removés la olla así para que no se te pegue el arroz en el fondo" ; "colgás desde abajo y entonces se seca más rápido"; si colgás la ropa prolijita después no tenes que plancharla". Y miles de cosas más por el estilo.

Madre vainilla es una mujer de pueblo que se vino a la ciudad y se convirtió en una militante feminista de izquierda, con ganas de cambiar el mundo y nunca se dio cuenta de que el pequeño mundo que es la casa de uno es lo que primero amerita la permanencia, la energía, el deseo, las ganas.
Yo la recuerdo de cuando era niña como una persona que no paraba de entrar y salir, de reírse, de hacer cosas. A mí me gustaba mirarla cómo se vestía, los accesorios que usaba, la ropa que se ponía.
Me divertía su risa y me asustaban sus arranques de ira. Aunque los arranques de ira creo que vinieron despues. Cuando yo era una niña ella reía mucho.

Y despues no se muy bien qué pasó. Tengo varias ideas, pero en el fondo, pienso que algo se le torció y no supo o no quiso enderearlo y lo fue dejando así... y finalmente así quedó.
Ahora eso se llama "bipolar" y nos calma a todos que sea una "enfermedad" y entonces tenemos algo para hacer. Yo no creo en esas estupideces. Y ya dejé de pensar que hay algo para hacer.
Siento que a veces lo que uno puede hacer es ejercitar el respeto por la vida del otro, y aceptar que así están las cosas.

Mamá vainilla es una mujer súper inteligente, sensible y creativa. Y yo la quiero mucho.